Mariano Rajoy aceptó este martes el encargo del Rey de presentarse a un nuevo debate de investidura, que empezará este miércoles a las seis de la tarde y terminará previsiblemente la noche del sábado. Tras la abstención anunciada por el PSOE, el líder del PP tiene asegurada la reelección como presidente tras 310 días con un Gobierno en funciones. El dirigente conservador aseguró que espera que esta legislatura dure “cuatro años” y que avance día a día con “diálogo” y “acuerdos” con la oposición. Él promete “hablar de todo lo que quieran los grupos”, sin descartar la reforma de la Constitución, que piden tanto el PSOE, como Podemos y Ciudadanos.
De hecho, los posibles cambios en la Carta Magna han sido uno de los temas de conversación que Felipe VI ha mantenido estos dos días con los representantes políticos en la Zarzuela. Según el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, el Monarca considera que hay que “desdramatizar” esa posible reforma y que se debe afrontar, si se da el caso, con sentido común y diálogo. Y Ana Oramas, de Coalición Canaria, dijo que planteó al jefe del Estado la necesidad de hacerla en una legislatura como esta, sin mayoría absoluta.
En el pacto que Rajoy firmó en verano con Ciudadanos, el líder del PP se comprometió a estudiar “la actualización” de la Carta Magna y tomar como referencia el informe del Consejo de Estado del 2006, bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El 7 de agosto del año pasado, el presidente en funciones llegó a calificar de “magnífico” ese dictamen. Y justamente lo hizo después de una entrevista con Felipe VI en el Palacio de Marivent.
En aquel informe, se recomendaba delimitar las competencias del Estado y las comunidades, convertir el Senado en una cámara de representación territorial e incluía un asunto que afecta a la Casa del Rey, como es eliminar la discriminación de la mujer en la sucesión de la Corona. Según fuentes parlamentarias, ahora, visto el bloqueo político sufrido en España, el jefe del Estado vería con buenos ojos modificar también el artículo 99, sobre el papel del Rey en el proceso de investidura.
Fuentes de Ciudadanos aseguran que el PP desea que antes de abrir cualquier subcomisión en el Congreso para retocar la Constitución se fijen los límites en una mesa de partidos.
En todo caso, Rajoy ha destacado en varias ocasiones la dificultad de llegar a un consenso por la variedad de propuestas: el PSOE apostando por el federalismo, Podemos queriendo incluir el derecho de autodeterminación y Ciudadanos queriendo reforzar el Estado. El jefe del Ejecutivo también ha advertido de que teme que los cambios no satisfarían a los independentistas en Catalunya; un tema, el del soberanismo, que no quiso confirmar que hubiera abordado en la audiencia con el Monarca.
Sí que lo hizo, en cambio, Xavier Domènech (En Comú Podem), que explicó que trató largamente el conflicto catalán en su conversación con Felipe VI, al que vio “preocupado” por el nuevo referéndum.
En su comparecencia para anunciar que había aceptado la propuesta del Rey “sin ningún tipo de recelo”, Rajoy mostró agradecimiento al PSOE por la decisión “razonable y responsable” de abstenerse. El tono con que se dirigió a los socialistas fue siempre conciliador, remarcando su voluntad de hablar de las pensiones y educación. “Estoy dispuesto a hablar de los temas que nos unen, aparcar los que nos separan o doblar los esfuerzos en esos que nos separan”, declaró.
De hecho, fuentes populares destacan la buena relación entre los dos dirigentes y subrayan que el comité federal del PSOE, partido que corre el riesgo de fractura y tiene una amenaza de divorcio del PSC, no incluyó en su resolución del domingo la reforma de la Constitución, informa Juan Ruiz Sierra. Los socialistas optaron por referirse a la necesidad de abordar “los desafíos presentes en la vertebración territorial de España, en particular con objeto de recuperar la normalidad institucional de Catalunya”.
Para abrir esta nueva fase de pactismo y diálogo, algunos colaboradores de Rajoy ya le han propuesto que, una vez superada la investidura y que haya formado Gobierno, convoque foros como la Conferencia de Presidentes a fin de sentar los mimbres de lo que será el nuevo modelo de financiación, entre otras cuestiones con especial interés en los territorios. Él, según dicen en su entorno, piensa en reuniones de ese tipo para fomentar la “institucionalización” en esta legislatura y rebajar el voltaje político.
En esta misma línea el presidente aún en funciones está sopesando convocar una ronda de reuniones con todos los partidos una vez tome posesión. Su objetivo en este caso, según fuentes populares, sería tratar de aunar diagnósticos sobre los temas que deben tener prioridad en esta legislatura y a los que debe dársele prioridad bien por obligaciones de calendario (presupuestos o requerimientos de Bruselas) bien por interés de Estado.
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