Científicos descubrieron que una nueva forma del coronavirus se ha extendido desde Europa hacia los Estados Unidos. Se trata de una nueva mutación que hace que el virus sea más propenso a infectar a las personas, pero no parece enfermarlos más que las variaciones anteriores del SARS-CoV-2, de acuerdo a lo que informó un equipo internacional de investigadores.
El estudio fue publicado en la revista científica Cell, y se basa en un trabajo anterior que el equipo de científicos recopiló de una preimpresión de bioRxiv. La información compartida sobre secuencias genéticas había indicado en su momento que cierta versión mutante del virus estaba apareciendo.
“Es ahora la forma dominante por la cual el virus infecta a las personas”, manifestó Erica Ollmann Saphire, investigadora del Instituto de Inmunología de La Jolla a la CNN, y agregó: “Sabemos que el nuevo virus está en mejor forma, a primera vista no parece que sea peor”.
Ahora el equipo realiza experimentos con personas, animales y células en platos de laboratorio para demostrar que la versión que mutó es más común, más infecciosa, pero no enferma tanto, luego de haber verificado una gran cantidad de secuencias genéticas.
La mutación afecta a la proteína espiga, estructura que utiliza el SARS-CoV-2 para ingresar a las células y así infectarlas. Ahora los investigadores están verificando si esto afecta el posible efecto que pueda llegar a hacer una vacuna. Las vacunas actuales que se están probando apuntan a actuar directamente sobre la proteína espiga, pero se hicieron usando cepas anteriores del virus.
Este nuevo hallazgo confirma lo postulado por trabajos anteriores que sugieren que la mutación había hecho que la nueva variante del virus fuera más común. Los científicos denominaron esta nueva mutación como G614, y mostraron que ha reemplazado casi por completo a la versión original proveniente de Europa y Estados Unidos, llamada D614.
“Nuestros datos de seguimiento global muestran que la variante G614 se ha extendido más rápido que la D614”, escribieron en su informe la bióloga teórica Bette Korber del Laboratorio Nacional de Los Álamos y sus colegas en el paper científico. “Esto significa que es probable que el virus sea más infeccioso”, sostuvieron y agregaron: “Curiosamente, no encontramos evidencia del impacto de G614 en la gravedad de la enfermedad”.
Para Lawrence Young, profesor de oncología médica en la Universidad de Warwick del Reino Unido, “esto podría ser una buena noticia”. ¿Por qué? “El trabajo actual sugiere que si bien la variante G614 puede ser más infecciosa, no es más patógena o letal. Existe la esperanza de que a medida que la infección por el SARS-CoV-2 se propague, el virus podría volverse menos patógeno”, advirtió en un comunicado.
El equipo de científicos estudió muestras tomadas de pacientes en toda Europa y los EE. UU. y secuenciaron así los genomas. Luego compararon estas secuencias del genoma con lo que se ha compartido públicamente por la comunidad científica. La comparación de estas secuencias les ayudó a dibujar un mapa de la propagación de las dos formas.
“Hasta el 1 de marzo de 2020, la variante G614 era rara fuera de Europa, pero a finales de marzo había aumentado su frecuencia de aparición en todo el mundo”, escribieron en Cell.
Incluso cuando la forma D614 había causado epidemias generalizadas, en lugares como Gales y Nottingham en Inglaterra, así como en el estado de Washington, descubrieron que G614 se hizo fuerte una vez que apareció.
“El aumento en la frecuencia de G614 a menudo continúa mucho después de que las órdenes de quedarse en casa están en su lugar y después del siguiente período de incubación de dos semanas”, agregaron. Hay algunas excepciones, incluyendo el área de Santa Clara, California e Islandia, donde la forma D614 más antigua nunca fue reemplazada por la variante más nueva.
Tres a nueve veces más infecciosa
La nueva versión parece multiplicarse y propagarse más rápido en el tracto respiratorio superior (la nariz, los senos paranasales y la garganta), lo que explicaría por qué se contagia más fácilmente, reflexionaron los investigadores.
Pero las pruebas en 1.000 pacientes hospitalizados con coronavirus en Gran Bretaña mostraron que a los infectados con la nueva versión no les fue peor en el transcurso de la enfermedad que a los que atraparon la cepa original.
David Montefiore, de la Universidad de Duke, y sus colegas pusieron a prueba el virus en el laboratorio. “Pudimos analizar si la forma G del virus era más infecciosa que la forma D”, le dijo a CNN Montefiore, director del Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Vacunas contra el SIDA.
“Todos los resultados coincidieron en que la forma G era de tres a nueve veces más infecciosa que la forma D”, agregó. “Ahora teníamos pruebas experimentales que apoyaban, en parte, lo que Bette estaba viendo en su análisis de las secuencias en todo el mundo: la forma G tenía una ventaja de aptitud en términos de infectividad”.
Las pruebas de laboratorio del virus en acción confirmaron lo que habían mostrado los mapas genéticos.
“Estos hallazgos sugieren que la forma más nueva del virus puede transmitirse aún más fácilmente que la forma original. Independientemente de si esa conclusión se confirma o no, resalta el valor de lo que ya eran buenas ideas: usar tapabocas y mantener el distanciamiento social”, aconsejó Korber en un comunicado.
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