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Has aprobado la selectividad, ¿y ahora qué?

Hay tiempo hasta el 1 de julio. Los estudiantes que se han examinado este junio de la selectividad (y que podrán consultar la nota definitiva a partir de este miércoles) tienen hasta finales de esta semana para presentar sus solicitudes de preinscripción universitaria y decidir qué carrera van a estudiar. Para bastantes de ellos no es tarea fácil. A estas alturas, todavía hay jóvenes llenos de dudas, chavales que se confiesan desorientados y hechos un lío. ¿Qué pasará si la puntuación no les llega? Y si les llega… ¿qué les conviene más?
“Es cierto que están haciendo la preinscripción a ciegas, sin saber si la nota obtenida en las pruebas de acceso será suficiente para los estudios que quieren seguir… Pero lo importante es que prevean alternativas, que tengan pensado un plan b”, recomienda, así de entrada, Cristina Caldas, orientadora de la empresa de servicios educativos Educaweb.
La solicitud de reserva de plaza que deben rellenar los aspirantes permite introducir hasta ocho opciones, recuerda Caldas, “y siempre pueden consultar las notas de corte del año pasado para ver cuáles son sus opciones”, indica. Eso sí, que no se fíen, porque la puntuación mínima de ingreso no es cada año la misma. “De un año para otro, la nota de corte suele ser más alta, pero también hay carreras, como por ejemplo Arquitectura, que ahora son mucho más accesibles que hace unos años”, señala la orientadora.
La transición del instituto a la universidad es una encrucijada con un elevado porcentaje de error: solo en el primer año de carrera, abandonan los estudios uno de cada cinco alumnos matriculados, según el Consell de l’Estudiantat Universitari de Catalunya. La mayoría lo hacen para cambiar de estudios. “Existen varias razones para explicar por qué hay abandono en primer curso, pero una de las que tiene más peso es el hecho de que ese año inicial suele ser de contenidos muy básicos y generalistas en casi todas las titulaciones”, constata Jordi Suriñach, catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de Barcelona (UB) y coautor de un estudio sobre las razones por las que los estudiantes dejan sus estudios sin terminarlos. Con todo, subraya el investigador, “lo determinante es el rendimiento académico: los alumnos que entran en una facultad con la nota más ajustada, o por decirlo coloquialmente con un 5 pelado, son los que tienen más probabilidades de abandonar”, señala.
Los datos que maneja la Agència de Qualitat del Sistema Universitari (AQU) hablan de un abandono del 30% a lo largo de todo un grado. En torno al 10% de los que lo abandonan los estudios lo hacen porque cambian a otra titulación, es decir, se ‘reenganchan’. El resto suelen ser personas que no completan la carrera y la dejan en los últimos cursos, muchas veces porque empiezan a trabajar.
Con todo, “está comprobado que la tasa de abandono o de fracaso universitario se reduce notablemente cuando los estudios son muy vocacionales o han tenido una nota de ingreso muy alta”, subraya Carol Biosca, directora de Contenidos de la consultora educativa Unportal. Este año se han conocido, por primera vez, los títulos de grado con menor abandono (la información disponible hasta ahora era solo sobre las antiguas licenciaturas) y entre ellos destacan los estudios de Educación Física, Enfermería y Educación Infantil.
Pero más allá de las estadísticas, si la decisión es complicada es, en buena medida, porque el maremágnum de estudios a escoger es cada año mayor (solo en Catalunya, la oferta es de casi 500 titulaciones distintas). Y por si eso no fuera sufieicnte, “está la crisis, que no se lo ha puesto nada fácil a estas generaciones, condicionadas por unas salidas profesionales que resultan frustrantes”, aporta Milagros Sáinz, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y directora de un estudio sobre la percepción que tienen los jóvenes acerca de las profesiones científicas y tecnológicas.
“Los mensajes contradictorios que reciben los alumnos por parte de los medios de comunicación, de lo que ven en la tele o por internet, y de los distintos agentes de socialización” tampoco ayudan a decidir. Las familias, en primera instancia, y los profesores, a continuación, son elementos determinantes en la elección del estudiante, indica en este punto Cristina Caldas. Pero no deben actuar como una interferencia.
El periodico

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