Desde que se dio a conocer la existencia de un nuevo coronavirus, científicos de todo el mundo se han volcado en desentrañar sus secretos. Para ello, cuentan con el conocimiento acumulado sobre esta familia de virus respiratorios, que ya fueron responsables de los síndromes SARS en el 2003 y el MERS en 2012.
1) ¿Es muy contagioso?
La infección puede expandirse por sí sola si no hay medidas de control (como ocurre con la gripe común). Por cada persona infectada, se contagian más de dos personas, probablemente. Este ratio se llama ritmo reproductivo básico o R0. “Ya sabemos que esta es una enfermedad de contagio sostenido”, afirma Alessandro Vespignani, investigador de la Universidad Northeastern (EEUU), cuyos modelos matemáticos han acertado los países donde ha aparecido primero el coronavirus fuera de la China. Este investigador cree que el virus circulará durante meses. Aún no se sabe si tenderá a remitir hacia el verano, cuando las temperaturas suban, como le ocurre a la gripe.
2) ¿Se puede tener sin síntomas?
Aún se desconoce el periodo de incubación: es decir, durante cuanto tiempo un paciente es contagioso sin mostrar síntomas. En la gripe común es de varios días. Si ese tiempo es largo, el virus podría haber sorteado las medidas de contención aplicadas en China. “Pacientes sin síntomas podrían haber salido del país antes de la aplicación de esas restricciones”, explica Vespignani.
3) ¿Es muy mortífero?
De momento, se estima que mueren menos de tres personas por cada cien infectadas: mucho menos que con la SARS y la MERS. “En esta fase, no hay que fiarse de ninguna estimación de la tasa de letalidad”, alerta Vespignani. Por una parte, el porcentaje real de muertos podría ser mucho menor, ya que el número total de infectados está subestimado. Las cifras oficiales rondan las decenas de miles, pero los modelos matemáticos apuntan a más de 100.000 infectados. Por otra parte, el porcentaje podría subir en las próximas semanas, porque la enfermedad podría tardar un tiempo en matar a los pacientes más vulnerables. En todo caso, de momento el coronavirus ha matado menos personas que la gripe común de este año.
4) ¿Hay vacuna o cura?
No hay terapia para el coronavirus, de momento. “Una vacuna tardará unos 20 meses, mientras unos antivirales podrían materializarse antes”, comenta Júlia Vergara-Alert, investigadora del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) y parte de equipos que están trabajando en ambas soluciones. Las vacunas actúan en pacientes sanos, generando anticuerpos que atacan el virus cuando se presenta. Los antivirales actúan en pacientes con el virus, bloqueando su entrada en las células, o inhibiendo su multiplicación dentro de ellas, o impidiendo que se propaguen de una a otra. “De momento, la mejor cura es aislar a los individuos infectados y la mejor prevención es reducir el contacto entre personas [en los sitios donde se de una epidemia]. Por ejemplo, cerrandor las escuelas o trabajando desde casa”, afirma Vespignani.
5) ¿Cómo infecta?
El mecanismo molecular de infección es similar al de la SARS. Los primeros pasos para entender el virus han sido aislar muestras en pacientes con una carga vírica suficiente y secuenciar su material genético. Las secuencias se han publicado enseguida y científicos de todo el mundo se han puesto a trabajar con ellas (mientras algunos lo están haciendo con muestras auténticas del virus). Gracias a ello, grupos como el de Vergara-Alert han identificado el receptor del nuevo coronavirus, o sea, la molécula de la célula con la cual el virus se conecta. Este receptor es el mismo que el de la SARS. Este hallazgo es el primer paso del camino hacia una vacuna que obstaculice esa conexión.
6) ¿De dónde salió?
Un posible escenario es que el virus saliera de los murciélagos, se contagiara a jinetas, pollos o cerdos y de allí saltara a los humanos, probablemente en un mercado de animales de Wuhan (China), en los últimos meses de 2019. La secuencia genética del nuevo coronavirus es muy parecida a la de otros de la misma familia que circulan en los murciélagos. “En nuestro trabajo, hemos visto que en la jinetas y los pollos es donde hay receptores del virus que son más compatibles el nuevo coronavirus. Otros trabajos apuntan también al cerdo”, explica Vergara-Alert. La enfermedad podría haberse almacenado, o incluso modificado, dentro de estos animales, sin que dieran síntomas de ella. En el caso de la SARS el animal intermedio fue la jineta y en el caso de la MERS, el camello.
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