Que los menores sepan que también pueden (y deben) decir ‘no’. Y que los profesores tengan la información suficiente y aprendan a interpretar indicadores, como un empeoramiento de las notas del alumno o un cambio súbito de conducta, para detectar que algo anómalo le está ocurriendo a un estudiante. Esas son algunas de las incorporaciones que prevé el nuevo protocolo antiabusos que han preparado las ‘consellerias’ de Ensenyament y de Afers Socials y que en breve será presentado al Consell Executiu de la Generalitat para su aprobación.
La titular de Ensenyament, Meritxell Ruiz, ha explicado este martes, tras una comparecencia en la comisión de Educación del Parlament, que una de las claves del nuevo protocolo “es hablar con los niños”. El borrador, ha indicado Ruiz, ha sido presentado este mismo martes a los miembros de la comisión interdepartamental creada hace dos semanas por el Govern, como uno de los documentos de trabajo de este comité.
“Nuestra propuesta se focaliza en la prevención y en la detección y para ello se prevé una batería de indicadores para ver si a un alumno le ha pasado algo, pero sigue abierto a las aportaciones de otros departamentos”, ha afirmado Ruiz. Se trata, como explicó hace dos semanas la otra ‘consellera’ implicada en el asunto, la titular de Treball i Afers Socials, Dolors Bassa, de que el nuevo protocolo, dirigido a los responsables escolares, “proteja también a los menores de los abusos cometidos en las escuelas”.
“El documento actual -admitió Bassa el pasado 19 de abril- estaba pensado para que los profesores detectaran abusos cometidos por las familias, pero en ningún caso estaba pensado para cuando eran los mismos educadores quienes cometían los abusos. A partir de casos que ha habido, se ha visto que falta esta parte”. Esos casos son, pese a que la ‘consellera’ no los mencionó los abusos denunciados por exalumnos de los colegios de los Maristas en Sants-Les Corts y la Inmaculada.
En realidad, Meritxell Ruiz ha ido este martes al Parlament a explicar qué está haciendo la escuela catalana para mejorar el nivel de inglés de sus estudiantes. Ha detallado cómo se está desplegando el plan para promover que los centros educativos sean plurilingües y ha informado de que, en las pasadas pruebas externas de cuarto de ESO, por primera vez la nota media obtenida por los estudiantes catalanes supera los 70 puntos, el nivel a partir del cual se considera adquirida una competencia.
La cifra de centros que ya están impartiendo en inglés asignaturas no lingüísticas (Matemáticas, Ciencias o Educación Física, por ejemplo) es ya del 55,4% en el conjunto de Catalunya. “En la pública, se ha pasado del 32% del curso 2012-2013 a un 52% en primaria, mientras que en la ESO el incremento ha sido de más del doble, al pasar del 23% al 47%”, ha afirmado. Los grupos de la oposición le han conminado a seguir trabajando para que el dominio del Inglés deje de ser un elemento de segregación entre alumnos ricos (que pueden pagar clases extraescolares de ese idioma) y alumnos pobres.
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