El engranaje para poner a Italia bajo tutela de la UE ya está en marcha. Los países miembros, reunidos a nivel técnico, dieron este martes luz verde al informe de Bruselas que considera “justificado” atar en corto a Roma por su exceso de deuda. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, advirtió al Gobierno de Giuseppe Conte de que se mueve en una “dirección equivocada”. Este le replicó que antes debería escuchar sus explicaciones
La UE dio un paso más para seguir adelante con el procedimiento infractor a Italia después de que el Comité Económico y Financiero —compuesto por representantes especializados de los países— respaldara el informe de la Comisión Europea, que la semana pasada consideró “justificado” dar ese paso, según explicaron fuentes comunitarias. La aprobación es un paso técnico, pero ya indica que la Comisión y los países miembros están alineados en la misma dirección y eleva la cuestión a la esfera política.
El próximo paso será un dictamen de la Comisión Europea, cuyo presidente volvió a arremeter contra las políticas del gobierno de coalición del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la Liga. “Dejamos claro que Italia está moviéndose en una dirección equivocada”, advirtió Juncker, quien lamentó que los pasos de Roma le llevan a tomar decisiones de calado. Y anticipó que Italia “corre el riesgo de estar en los próximos años en un procedimiento de déficit excesivo”.
A pesar de que el tono hasta ahora ha sido conciliador, fuentes comunitarias sostienen que los números dan poco margen al Ejecutivo de Juncker. Las hojas de cálculo que por ahora le ha llevado el ministro de Finanzas, Giovanni Tria, no cuadran. Y menos con las líneas rojas que ya han hecho públicas los miembros de la coalición: para el M5S son intocables medidas como la reforma de las pensiones, que incrementan el gasto; para la Liga, la bajada de impuestos. “El informe es claro: no cumplieron el año pasado y no lo harán ni el que viene ni el otro”, sostuvieron fuentes diplomáticas.
Con una Comisión Europea ya de salida, estas fuentes apuntan que lo más probable es que la carpeta llegue al Consejo de Ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) del 9 de julio. Aunque Tria tal vez no necesite esperar hasta entonces para conocer la opinión de sus socios, a los que se encontrará mañana en el Eurogrupo de Luxemburgo, en el que los socios de la moneda única deben perfilar los detalles —si es que logran alcanzar un acuerdo— de un presupuesto para la zona euro.
Encuentro con los ministros de Finanzas
El titular de Finanzas italiano ya pudo ver a varios de sus colegas —entre ellos, al presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, o a la ministra española, Nadia Calviño— en la reunión del G20 que mantuvieron en Japón. Sin embargo, en esta ocasión la discusión puede darse en una mesa con sus 27 socios, además del vicepresidente de la Comisión Valdis Dombrovskis y el titular de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Si bien Italia no está en la agenda de este Ecofin, el viernes los Veintiocho tienen previsto un debate sobre las recomendaciones de reformas y ajustes fiscales que la Comisión formuló a los países en el marco del semestre europeo. Según el documento que servirá de base para el debate, al que ha accedido este diario, en principio la discusión no debería ir más allá de una genérica sugerencia de ahorrar a los países más endeudados y de invertir a los más saneados. Pero, como ha ocurrido en otras ocasiones, los ministros pueden acorralar a Tria y pedirle explicaciones.
La cuestión italiana irrita sobre todo a los halcones del norte de Europa, estrictos con el cumplimiento de las normas fiscales. Fuentes diplomáticas admiten que Roma ha rebajado el tono, lo cual indica su predisposición a negociar. Sin embargo, señalan que en el seno de los nórdicos se está instalando la opinión de que Bruselas no debería haber sido permisiva con Italia en diciembre y dar el visto bueno a sus números si estos estaban fuera de la normativa comunitaria.
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