El informe elogia las medidas adoptadas durante el Gobierno de Obama
Destaca “el buen trabajo de Trump para aumentar la competitividad”
China, por su parte, ocupa un discreto puesto 28 en el ránking
Estados Unidos vuelve a encabezar la lista de las economías más competitivas del planeta. Washington lidera de nuevo el ránking que publica anualmente el World Economic Forum por primera vez desde el año 2008, demostrando que, pese al conflicto comercial y a la posibilidad de un periodo de recesión a la vuelta de la esquina, la economía americana sigue mostrándose sólida. Washington recupera de esta manera el liderazgo en temas de competitividad con Trump en la presidencia, tras haberlo perdido el año en el que Barack Obama ganó las elecciones bajo el lema ‘Yes We Can’. ¿Ha logrado el republicano ‘hacer a América grande de nuevo’? ¿O es el legado del expresidente demócrata el que ha permitido a la primera economía del mundo volver a ser la más competitiva?
El World Economic Forum busca repartir los méritos entre ambas administraciones, aunque inclina la balanza ligeramente hacia el lado de Barack Obama. Cerca del 70% de los datos utilizados para confeccionar la clasificación provienen de organizaciones internacionales, como la ONU o el Banco Mundial, por lo que entre la recogida de la información y su publicación suelen pasar entre dos y tres años. La mayoría de los índices en los que se basa la clasificación, por tanto, corresponden a los años 2015 y 2016, así que deben ser atribuidos a la Administración Obama.
El informe asegura que “la incertidumbre propiciada por la crisis financiera” fue la principal causa de la “pérdida de competitividad de la economía estadounidense” y que Washington lleva años mejorando sus datos hasta el punto de que “el año pasado ya ocupó la segunda posición de la clasificación”. Además, desde el World Economic Forum destacan que las condiciones que contribuyen a mejorar la competitividad de una economía “no pueden ser construidas de la noche a la mañana”.
Pese a ello, el informe lanza un guiño a la Administración de Trump, destacando que el 30% restante de los datos recopilados para hacer la lista provienen de la visión actual “muy positiva” que tienen de la economía los grandes empresarios norteamericanos. Por tanto, aseguran desde el World Economic Forum, es innegable reconocer “el buen trabajo de este Gobierno para aumentar la competitividad de la economía estadounidense”. Atribuir el ascenso de Estados Unidos en la calificación en exclusiva a las medidas de Obama, “sería una enorme equivocación”, sentencian.
La publicación elogia el principal logro de Donald Trump desde que ocupa el Despacho Oval: la reforma fiscal acometida por los republicanos. Además, asegura que los empresarios “ven con buenos ojos” la desregulación bancaria que está llevando a cabo Trump, que el pasado mes de mayo ya promulgó una ley para reducir las regulaciones a la mayoría de las entidades del país, en lo que supuso la primera medida de este tipo desde el inicio de la crisis financiera.
Toque de atención al proteccionismo
“La economía estadounidense marcha a buen ritmo”, destaca el informe, “con una previsión de crecimiento cercana al 2.8% en 2018 y 2019”. Pese a ello, desde World Economic Formum, afirman que la recuperación económica es “vulnerable” y alerta de que algunas de las compañías que han trasladado la fase de producción de vuelta a suelo estadounidense “se están quejando de que los aranceles están lastrando su competitividad”. El estudio destaca que intentar revertir la globalización es “contraproducente y desastroso para un crecimiento económico sostenido”. Pese a ello, Estados Unidos obtiene 85.6 puntos sobre 100, destacando por su fuerte sistema financiero y su sólido mercado laboral, con una tasa de desempleo del 3.7%, en mínimos de hace 49 años.
El World Economic Forum alerta, además, de que las altas tasas de homicidios del país y la desigualdad social son los principales puntos negros de la economía estadounidense. Además, avisa de la baja esperanza de vida de los ciudadanos. Un estadounidense vive de media 67.7 años, tres años menos que la media de los países avanzados y por debajo, incluso, de naciones como Sri Lanka. El avance tecnológico es otra de las asignaturas pendientes de Estados Unidos: según el informe, solo el 76% de los adultos utilizan internet.
Latinoamérica y China, lejos de la cabeza
El top 5 de la clasificación, formada por 140 países, lo completan Singapur, Alemania, Suíza y Japón. Más abajo en la lista se encuentran China y los países latinoamericanos. Sobre el gigante asiático, el informe destaca que, pese a ser la segunda mayor economía del mundo, se encuentra muy lejos de la cabeza. Pekín ocupa un discreto puesto 26 en la clasificación debido, principalmente, a su “baja flexibilidad del mercado laboral” y “la poca apertura a la inversión extranjera”. Pese a ello, el World Economic Forum apunta que el país “está apostando cada día más por la innovación”, porque, concluye, “va en el buen camino”.
El primer país Latinoamericano en la lista es Chile, que se sitúa en el puesto 33, con una puntuación de 70.3. El informe destaca los buenos resultados del país en términos de estabilidad macroeconómica y de infraestructura, aunque avisa de que necesita mejorar en términos de innovación. Ese mismo problema lo padece México, al que se le unen la pobre calidad institucional, los altos niveles de violencia y la baja penetración tecnológica. Por ese motivo, el país ocupa el puesto 46 de la lista. Pese a ello, desde el World Economic Forum valoran positivamente la apertura del país a la inversión extranjera y “la mejora del ecosistema para los negocios”.
El último puesto de los países latinoamericanos es para Venezuela, que ocupa un discreta posición número 127. La hiperinflación en la que está sumergido el país gobernado por Maduro y la ineficacia de las medidas que ha tomado el Ejecutivo para solucionar la crisis social y económica, ha provocado que haya perdido diez posiciones en la tabla respecto al año pasado, convirtiéndose así en la economía que más ha caído de entre las 140 analizadas.
el economista