Es un medicamento que frena las ganas de comer y aumenta la saciedad, lo que lo convierte en una revolucionaria opción para bajar de peso. Hacía 20 años que no aparecía una nueva alternativa farmacológica que ayudara a las personas a controlar la obesidad.
No se trata de una pastilla mágica ni de coserse la boca para dejar de comer. Es una novedosa medicación que ya es un boom en el mundo entero, y que promete disminuir el hambre y aumentar la sensación de saciedad. Junto a una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio físico, logra hacer realidad el descenso de peso. Se trata de liraglutida, un medicamento inyectable que acaba de ser presentado en nuestro país luego de la autorización para su comercialización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
“Hacía 20 años que no teníamos entre nosotros una novedad semejante”, dice el Dr. Alberto Cormillot, quien destaca la importancia de las investigaciones científicas que comprobaron la eficacia del producto.
“La liraglutida es una alternativa farmacológica nueva, respaldada por numerosas investigaciones científicas que demostraron que, combinada con actividad física y dieta saludable, produce una reducción de peso considerablemente superior a si se realizan dieta y ejercicios solamente. Y lo que es todavía más importante, los pacientes que la probaron lograron mantener ese descenso en el tiempo”, agrega Cormillot.
“Los médicos recibimos con entusiasmo el lanzamiento de esta medicación para el tratamiento de las personas con obesidad”, afirma la Dra. Ana Cappelletti, especialista en endocrinología ginecológica, con más de 25 años de experiencia en el tratamiento de personaseste tipo de afecciones.
MEJOR CALIDAD DE VIDA. Por su parte, la Dra. Mónica Katz, médica especialista en Nutrición, directora del posgrado en Obesidad de la Universidad Favaloro, destacó que “la aparición de un fármaco para uso crónico es una herramienta fundamental para enfrentar la epidemia incontrolable de obesidad y sobrepeso”.
Todos los especialistas consultados coincidieron en la importancia de que la indicación de este medicamento se dé siempre en el marco del seguimiento a cargo de un médico, que incluya además cambios en el estilo de vida.
En cuanto a la presentación, la liraglutida se comercializa en una lapicera de autoaplicación prellenada, cuya duración se estima en un mes y su costo aproximado es de $ 7.000. “La aplicación es subcutánea en abdomen, muslo o brazo. Puede administrarse a cualquier hora del día, siempre a la misma hora, y de manera independiente a la ingesta de comida. En general recomendamos aplicarla por la mañana”, dice Cappelletti, quién también dirige el posgrado en Obesidad en la Universidad Favaloro.
Está indicada bajo supervisión médica para personas mayores de 18 años con un índice de masa corporal (IMC, coeficiente que surge de dividir el peso sobre la altura dos veces, por ejemplo 57 dividido 1,56 y el resultado se vuelve a dividir por 1,56) mayor o igual a 27 (sobrepeso) o mayor o igual a 30 (obesidad), y siempre que presenten alguna enfermedad relacionada con el exceso de peso, como prediabetes, diabetes mellitus tipo 2, presión arterial elevada, niveles anormales de grasas en sangre o problemas respiratorios durante el sueño, denominados apnea obstructiva del sueño.
Ahora bien, ¿cómo actúa este medicamento? “La liraglutida tiene un 97 % de semejanza a una hormona que se produce en el intestino (el GLP-1) después de la ingesta de alimentos y actúa a nivel cerebral, activando vías neuronales que frenan el apetito. Esta sustancia naturalmente tiene un tiempo de acción muy corto, mientras la medicación actúa durante 24 horas, disminuyendo el deseo de comer y aumentando la sensación de saciedad. Es muy interesante, además, su efecto sobre áreas del cerebro relacionadas con las emociones y el estrés, ya que las personas no sólo comemos por la sensación de hambre”, agrega la especialista.
La eficacia y seguridad de esta medicación fue evaluada en el programa de estudios clínicos SCALE (Saciedad y Adiposidad Clínica-Evidencia con Liraglutida en pacientes diabéticos y no diabéticos), que incluyó más de 5 mil pacientes con obesidad o sobrepeso, que presentaban al menos una comorbilidad asociada a esta condición. En este programa, la liraglutida combinada con un plan de alimentación y ejercicio demostró ser superior al placebo (plan de alimentación y ejercicio solamente) en términos de pérdida de peso y mejoría de los factores de riesgo cardiometabólico.
Uno de los estudios de dicho programa, liderado por el Dr. Pi-Sunyer y publicado en el New England Journal of Medicine, mostró que en pacientes no diabéticos con obesidad o sobrepeso que presentaban al menos una comorbilidad asociada al exceso de peso, el 63.2 % de los pacientes logró reducir más del 5 % de su peso; el 33.1 % bajó el 10 %, y 14.4 % obtuvo una disminución superior al 15 %, logrando mejorar su bienestar y calidad de vida. Reducir el peso entre un 5 y un 10 % ha demostrado importantes beneficios para la salud, incluyendo la disminución de los niveles de glucosa en sangre, de la presión arterial, de los valores del colesterol “malo” (LDL) y de los episodios de apnea del sueño.
En cuanto a los efectos adversos, es esperable que aparezcan malestares gastrointestinales luego de comenzado el tratamiento con esta medicación. “Principalmente, náuseas, diarrea o constipación, seguido por vómitos en menor medida”, afirma la Dra. Cappelletti. Y agrega: “Para evitarlos se debe comenzar con una dosis muy baja, que se aumenta semanalmente o de acuerdo con la tolerancia del paciente. En general, los efectos adversos desaparecen alrededor de las 12 semanas”. En cuanto a la duración del tratamiento, la Dra. Cappelletti asegura que “como la obesidad es una enfermedad crónica, no supone interrupción en pacientes que obtienen buenos resultados. De todos modos, en la práctica, si un paciente adopta buenos hábitos alimenticios y suma a su vida la práctica de actividad física, se podría ver la posibilidad de suspender y ver qué sucede. Se estima que deben ser tres años de tratamiento y luego el médico debe evaluar cómo seguir”.
¿Puede causar efecto rebote? “Los medicamentos no curan a la obesidad. Cuando la medicación es efectiva, si se abandona es esperable un aumento de peso (mal llamado “efecto rebote”). De la misma manera, cuando se deja de tomar un antihipertensivo necesario para controlar la tensión arterial, esta aumenta”, dice Cappelletti. Es necesario evaluar muy bien la posibilidad de suspender el medicamento.
Texto: Fabiana Polinelli Foto LATINSTOCK
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