as autoridades estadounidenses han rescatado en las últimas horas a decenas de personas que se habían quedado atrapadas por el agua.
Florence ha acabado con la vida de al menos 15 personas y ha causado grandes daños en Carolina del Norte y del Sur a pesar de que desde el viernes ha rebajado su intensidad de huracán a tormenta tropical. Las autoridades temen que la cifra crezca debido a la insistente lluvia que está cerca de desbordar varios caudalosos ríos de la región.
El rápido aumento de las aguas ha llevado a que ciudades como Wilmington y Lumberton, ambas en Carolina del Norte, se encuentren prácticamente cercadas después de que las carreteras que llegan a ellas hayan tenido que ser cerradas.
Hasta el momento, autoridades locales, apoyados por la Guardia Costera y de militares de la Guardia Nacional, han rescatado ya a más de 900 personas en Las Carolinas.
También crece la cifra de fallecidos y son ya al menos quince personas, informaron hoy las autoridades, que indicaron que la última víctima es una persona que viajaba en una camioneta que se salió de la vía en una carretera en Carolina del Sur.
Mientras Florence se disipa en su camino hacia el noroeste, la ahora depresión tropical sigue dejando una pertinaz lluvia en la región, especialmente en la frontera entre Carolina del Norte y Carolina del Sur.
Estas previsiones hacen temer lo peor sobre el ya crecido caudal de los ríos de la región, varios de los cuales se anticipa que se puedan desbordar.
La atención está puesta en el nivel de las aguas de los ríos Cape Fear, Pee Dee, Lumber, Little River y Waccamaw, que siguen recibiendo ingentes cantidades de aguas que invaden todo lo que encuentran a su paso, ya sean campos de cultivo, carreteras o casas.
Por este motivo, las autoridades insisten en que la gente permanezca a salvo y no se circule por las carreteras, y que los que evacuaron a inicios de semana retrasen su retorno hasta que les indiquen que pueden hacerlo a salvo.
Balance de daños
El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, señaló en rueda de prensa que la parte oriental del estado registra “significativos daños” debido a las lluvias y cerca de 700.000 personas están sin electricidad.
El máximo dirigente de Carolina del Sur, Henry McMaster, dijo hoy que siguen con atención el cauce de los ríos del estado norteño que navegan hasta su región y pidió a los residentes en zonas bajas que abandonen sus casas hasta nueva orden.
Por su parte, el presidente Donald Trump, que se espera que pueda viajar a la región a lo largo de la próxima semana, expresó el “respaldo total” del Gobierno federal a la región y los equipos de rescate.
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