El objetivo es replicar lo que sucede en el cuerpo humano para lograr un producto no contaminante.
La proteína que produce el páncreas para procesar las grasas que ingerimos será utilizada por un grupo de investigadores de Portugal para crear detergentes ecológicos a partir de aceite usado para el consumo humano.
La idea surgió de un grupo de investigadores químicos de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Coimbra, que han creado una empresa emergente denominada ‘EcoXperience’ para desarrollar esta nueva fórmula.
El objetivo, explicaron, es que esta proteína sintetice el aceite usado como alimento por las personas y, a partir de ahí, crear el detergente no contaminante.
“La fórmula desarrollada por EcoXperiencia junto con la Universidad de Coimbra reproduce lo que ocurre en el cuerpo humano, es decir, transforma los triglicéridos que hay en el aceite usado en nuevos componentes”, apuntaron César Henriques y Filipe Antunes, dos de los fundadores de la empresa tecnológica.
Aunque la fórmula está todavía en proceso de patente y los investigadores prefieren mantener el nombre de la bacteria en secreto, confían en que su detergente estará en el mercado en dos años y se comercializará como “One-N-Done”.
Este proyecto, considerado “amigo del medioambiente”, ha recibido una subvención de 700 mil euros de la Unión Europea.
El desarrollo de la futura cápsula “verde” servirá para combatir los residuos altamente contaminantes que se originan a partir del aceite para consumo humano, ya que “un litro de aceite puede contaminar hasta un millón de litros de agua”, según los investigadores.
La idea pretende crear diferentes detergentes para suelos, cristales, loza y venderlos a bajo coste, eliminando de la producción los elementos químicos agresivos.
Según los expertos, con este producto “el consumidor final tendrá un ahorro anual medio de un 45 % en uso de detergentes”.
Como el proyecto tiene una vocación internacional, la empresa de Coimbra está analizando los tipos de aceites alimentarios que se consumen en diferentes países de los cinco continentes.
Pretenden encontrar una solución para cada zona geográfica del mundo y, a la vez, desarrollar una fórmula universal, según avanzaron los investigadores.
El fin, insistieron, es que se “democratice el acceso de las personas a los detergentes mediante productos de origen vegetal amigos del medioambiente”.
El proyecto también cuenta con el apoyo de la multinacional portuguesa Sonae, dedicada al comercio minorista, y con la empresa de reciclaje y embalaje Tecnocanto.
EL UNIVERSAL / MÉXICO (GDA)
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