El terrorista que mató con un cuchillo este sábado a una persona en París e hirió a otras cuatro es un joven nacido en la república rusa de Chechenia en 1997, nacionalizado francés y fichado por los servicios secretos galos.
Horas después del ataque, el segundo con muertos en Francia este año después de que el franco-marroquí Radouane Lakdim matase a cuatro personas el 23 de marzo, se han conocido detalles del agresor, abatido cuando intentó abalanzarse contra unos policías durante su asalto a viandantes en la céntrica zona de Opera de la capital.
Gracias a sus huellas dactilares, se descubrió que se trata de un joven ruso de origen chechén nacido en 1997 y nacionalizado francés desde 2010.
Los medios franceses le han identificado como Khamzat Azimov, un joven criado en Estrasburgo (noreste de Francia) y que marchó a París, donde vivía con sus padres en el distrito 18 de la capital (norte).
El joven ya estaba fichado por los servicios secretos franceses por su cercanía con un hombre que estuvo en Siria, aunque no tenía antecedentes policiales.
Según el canal “Bfmtv”, llegó a ser interrogado hace un año por las autoridades francesas.
El ataque fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, que difundió un video cuya autenticidad no ha podido ser verificada y en el que el atacante de París llama a sus “hermanos y hermanas” que se encuentran en Francia, Alemania, Inglaterra y “donde sea” a que “actúen en la tierra de los infieles”.
Hasta el momento, ha habido tres arrestos en relación al ataque del sábado en la zona de Ópera: los dos progenitores del supuesto asaltante, en un primer momento, y, posteriormente, un amigo de Khamzat residente en Estrasburgo y también nacido en 1997.
El perfil del agresor -de origen chechén y también con nacionalidad rusa- no corresponde con el de los últimos terroristas que atacaron Francia desde 2015, la mayoría con orígenes en el Magreb.
La Embajada rusa en París pidió a las autoridades francesas aclaraciones sobre la ciudadanía del hombre.
Francia, que vive una oleada de atentados yihadistas que desde 2015 se han cobrado 245 víctimas mortales -sin contar con el de este sábado, aún bajo investigación-, sigue en un estado “de alta amenaza”, alertó el ministro de Interior, Gérard Collomb, quien este domingo convocó en el Estado Mayor a las principales figuras policiales y de los servicios secretos.
“Lo que ocurrió este sábado puede suceder en cualquier lugar en Francia. Se trata de un arma rudimentaria, un cuchillo. No contó con preparativos sofisticados”, lamentó el ministro.
“Ese tipo de ataques, como en los que se usa un camión, son difícil de prevenir, aunque hacemos lo máximo para ello”, agregó Collomb, quien desveló que la víctima mortal de este ataque es un viandante de 29 años y explicó que los cuatro heridos, con edades comprendidas entre los 26 y 54 años, ya están fuera de peligro.
Uno de los puntos más criticados por la oposición, sobre todo por el ultraderechista Frente Nacional (FN), ha sido el hecho de que el asaltante estuviese supuestamente en el radar de las autoridades por motivos de radicalización islamista.
“Nos enteramos de nuevo que el terrorista figuraría como fichado por los servicios de inteligencia. ¿Para qué sirve esa ficha que no es suficiente para evitar que esas bombas de relojería dañen nuestro país?”, se interrogó la líder del FN, Marine Le Pen, en su cuenta de “Twitter”.
Es la segunda vez en pocos meses que el tema de los fichados por los servicios secretos crea polémica en Francia, después de que el pasado marzo otro fichado, Lakdim, matase a cuatro personas en varios ataques producidos en el sur de Francia.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, no se ha pronunciado sobre esta polémica y ha seguido a distancia el ataque, pues se encuentra de vacaciones en el fuerte de Brégançon, una residencia estatal bañada por la costa mediterránea francesa. El mismo sábado colgó su cuenta de “Twitter” un mensaje en el que avisaba que Francia “no cederá un milímetro ante los enemigos de la libertad”.
La zona del ataque, que incluye las calles Saint-Augustin, Monsigny -donde fue abatido el agresor- y la plaza Gaillon, estaba este domingo más alterada de lo normal, especialmente por la presidencia de periodistas.
Gilles, uno de los testigos del atentado vecino de la calle Saint-Augustin, contó que el joven agresor, quien gritó “Allah Akbar” (Alá es grande) y portaba una larga barba, estaba “tranquilo y decidido a morir”.
Este ataque se suma a otros producidos en París desde 2015, como el de la redacción de “Charlie Hebdo” (12 fallecidos) en enero de 2015 o el del noviembre de ese año en la sala Bataclán, el bulevar Voltaire y Saint-Denis (130 muertos).
El Mundo