La canciller alemana Angela Merkel insiste en la necesidad de adecuar Europa a los nuevos tiempos pero su Gobierno tacha de la lista alguna de las reformas previstas
Angela Merkel marca el paso a su coalición
Teoría: Alemania liderará, junto con Francia, la salida de la crisis de la Unión Europea (UE), trabajará para estabilizar la Eurozona y abogará por un presupuesto común europeo, según el contrato de Gobierno firmado hace sólo 30 días por la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel, la bávara Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD). El documento incluso se hace eco de la voluntad de la gran coalición de aumentar su aportación a la UE a partir de 2020 y para compensar el desbalance de las cuentas con el Brexit Las capitales europeas no cabían de júbilo.
Practica: Berlín no sólo no ha alumbrado, sino que ni siquiera se ha puesto de parto. “Tengo la honorable tarea de rebajar las expectativas”, declaró a sus colegas del Eurogrupo el ministro de Economía, Peter Altmeier, peso pesado en el nuevo Ejecutivo alemán y no sólo por su corpulencia, que también, sino porque forma parte del círculo más próximo a la canciller. La reforma de la UE quedó en ese momento vista para sentencia. Todo lo dicho a partir de ahí, pertenece al discurso de la boca grande.
Porque aunque Merkel insiste en la necesidad de adecuar la UE a los nuevos tiempos y en su compromiso de reforma, lo cierto es que tanto ella como sus ministros han puesto en cuarentena las medidas que más urgía acometer y, directamente, han tachado de la lista algunas de las más “queridas” por el presidente francés Emmanuel Macron, entre ellas la creación de un ministro europeo de Finanzas con presupuesto propio.
El presidente Macron sabe “que no todas sus propuestas pueden ser llevadas a la práctica”, declaró el nuevo ministro de Finanzas y vicecanciller, Olaf Scholz en una entrevista con la edición dominical del Frankfurter Allgemeine. En un discurso muy distinto al usado por el SPD en campaña electoral y durante las negociaciones de la gran coalición, el sucesor socialdemócrata del conservador Wolfgang Schaeuble en el todopoderoso ministerio de Finanzas, destacó la importancia de hacer las cosas “sin sobreexigir la capacidad de maniobra de países en particular”.
Scholz, mutado ya en el ministro de Finanzas que Alemania quiere tener, consideró necesario que “esté asegurado el control parlamentario del Bundestag” en el caso de que el Mecanismo Europeo de Estabilidad creado durante la crisis del euro sea ampliado para convertirse en un Fondo Monetario Europeo. También advirtió que en la proyectada unión bancaria “no puede darse una situación desequilibrada en la que unos aporten los recursos necesarios y otros no cumplan con crear las condiciones necesarias”.
Las declaraciones de Scholz se produjeron después de que el grupo parlamentario de la CDU presentara ante el Parlamento una propuesta para que Alemania rechace los planes de la Comisión Europea de crear el fondo monetario “sin modificar los Tratados Europeos y sin la participación directa de los Parlamentos nacionales”. La decisión se tomó en la víspera del gran discurso de Macron ante el Parlamento Europeo, lo que se consideró una ofensa al presidente galo. Hasta el hombre de Merkel en Bruselas, el comisario de Presupuestos, Günther Ötinger, reaccionó con notorio enfado. “Están poniendo en peligro el relanzamiento de Europa”, dijo.
Y también el círculo de amistades de Merkel. Porque con el Reino Unido fuera de la UE y el eje francés sin el debido engranaje, Alemania podría quedarse sin remos para llegar a acuerdos políticos y económicos de su interés.
“La voluntad firme de buscar un camino común está ahí”, ha asegurado el portavoz del Gobierno germano, Steffen Seibert, de cara a la reunión que Merkel y Macron celebran mañana en Berlín para intentar llegar a posiciones comunes que presentar cumbre europea de finales de junio. Las probabilidades de acuerdo son en estos momentos escasas y eso que Macron está haciendo los deberes, como le pedía Alemania, con un alto costo para el presidente, cada vez mas cuestionado en la calle.
Y es que Alemania siempre juega con sus propios tiempos, recelos y prioridades. En mazo de 2019 se producirá la salida del Reino Unido de la UE, en mayo habrá elecciones europeas, después se renovará la Comisión y, coincidiendo con el inicio del debate de los presupuestos de la UE para 2021, concluye el mandato del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
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