Las plantaciones de marihuana se han expandido por Catalunya mucho más de lo que cabría imaginar. Actualmente, los Mossos d’Esquadra se incautan de una tonelada de plantas de cannabis cada mes. Un balance que ha ido creciendo desde el 2013, cuando saltó la alarma de la proliferación de viveros de cannabis.
“Al principio no teníamos ninguna prueba de que la droga se estuviera vendiendo en el extranjero, ahora sí”, aclara el intendente Xavier Porcuna, portavoz del cuerpo policial.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) estima que el precio de un gramo de marihuana en Europa es de 11,85 euros. En Catalunya es de 5,52 euros. La diferencia de valor indica que es más fácil obtener este producto aquí que en el resto del continente.
La geolocalización de Catalunya dentro del mapa europeo y unas condiciones climáticas propicias -dos factores que reúne especialmente la provincia de Girona, una demarcación que lidera sobradamente la cifra de detenciones y plantaciones descubiertas- han favorecido el fenómeno.
La demanda exterior de marihuana -principalmente de países como Francia e Italia- ha carburado el mercado y el Código Penal español, más blando con el cannabis que el de otros países, en lugar de complicarlo ha servido para redondear el contexto.
Hay negocios como los ‘Grow Shops’ que ponen a disposición del cliente el instrumental y los conocimientos que se requieren para cultivar marihuana. Incluso se montan ferias dedicadas al tema. Algunas variedades modificadas genéticamente -que dan un producto de menor calidad- permiten completar el ciclo en dos meses. En 9-10 semanas la semilla arraiga, la planta crece, se corta, se seca y el cogollo está maduro para fumar. O para vender, con márgenes de beneficio muy interesantes.
La infraestructura necesaria para producir indoor se basa en las lámparas de sodio. Sustituyen la luz solar y doblan la productividad porque en estos espacios cerrados nunca es de noche. La instalación se completa con ventiladores, humidificadores, extractores, tierra, abono y un transformador eléctrico. El método sirve para conseguir indistintamente que crezcan dentro de una habitación gigantesca o de un armario de reducidas dimensiones.
“Hemos sorprendido a madres que regaban las plantas de su hijo”, explica el intendente Porcuna para subrayar que el perfil de productores es de lo más variopinto. El abanico va desde la persona que la cultiva para autoabastecerse hasta grupos criminales que antes traficaban con cocaína o heroína. Las plantaciones más grandes tienen que ver más con los segundos, que además acaban amasando tales cantidades de dinero que necesitan blanquearlo.
Hay demasiados factores que han favorecido el boom de la marihuana. La tasa de paro de los último años es uno de ellos. Que haya crecido el consumo entre los catalanes es otro. Cada día la policía interpone una multa a 65 ciudadanos que han sido sorprendidos con esta droga en el bolsillo o fumándola en un sitio público. Hace un año se ponían 52 denuncias diariamente. Este aumento guarda relación, según fuentes policiales, con la proliferación de asociaciones cannábicas. En Catalunya hay unas 600. Más de la mitad están ubicadas en Barcelona.
Los Mossos han iniciado desde el 2012 unas 200 investigaciones en los clubs. El problema, recuerda Porcuna, es el vacío legal que se da en estos. Por ley está prohibido cultivar, traficar o fomentar el consumo. Una asociación acaba incumpliendo las tres cosas porque de algún modo crecen las plantas, de algún modo llegan hasta la asociación y de algún modo se ganan la fidelidad de sus clientes.
Las denuncias que presentan ciudadanos contra vecinos que están cultivando marihuana han crecido un 50% durante este 2016. La media actual de demandas interpuestas es de 43 mensuales. En el 2015 era de 29. Casi siempre acuden a las comisarías para avisar del fuerte olor que emana esta planta y que notan en su bloque de viviendas.
En los últimos meses, los Mossos cuentan con otro indicador para descubrir plantaciones indoor que escapan a las inspecciones aéreas que hacen periódicamente con el helicóptero: las compañías eléctricas. Endesa les informa cuando detecta incrementos de consumo energético demasiado acusados para ser compatibles con el uso habitual doméstico. A menudo tras estos picos se esconde una plantación.
La policía a veces ha terminado también descubriendo la marihuana porque esta atrae discusiones y, a veces, violentos enfrentamientos. Sin ir más lejos, en el mes de septiembre, dos hombres murieron acuchillados en Santa Coloma de Gramenet durante una reyerta motivada por una plantación doméstica. Almacenar cantidades golosas de esta droga acaba atrayendo a otros maleantes que, por fácil que resulte cultivarla, son de los que piensan que lo es todavía más robarla.
Muchos indicadores confirman que Catalunya produce y exporta cannabis.
El periodico
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